
La idea de organizar una actividad de danza inclusiva surgió tras observar el impacto positivo del movimiento y la expresión corporal en adolescentes durante actividades recreativas, y reflexionar sobre la necesidad de integrar a jóvenes con y sin discapacidades. Los objetivos son fomentar la inclusión social creando un espacio artístico conjunto, promover el bienestar físico y emocional a través de la danza, sensibilizar sobre las discapacidades y eliminar prejuicios, y desarrollar habilidades de trabajo en equipo y liderazgo mediante la creación de coreografías.